jueves, 29 de septiembre de 2011

¡Viva la poesía!

mensajes sin respuestas

Las poesías, en este tiempo, se me hacen esto: millones y millones de botellas con mensajes flotando en el mar, ignoradas, menospreciadas e incomprendidas. Sin embargo, ¡cuánta riqueza hay dentro de ellas!

Yo misma me preguntaba, ante tanta indiferencia, "Pero... ¿sirve de algo la poesía en este siglo tan abrumadoramente simplista?" Un predicador griego respondió,sin querer, mi pregunta y me impulsó a seguir cultivando este género literario tan noble y tan rico.

Lo que el Pastor Alex Embiridis indicó aquella vez fue la manera en que el hombre de hoy puede enriquecer su vocabulario a través de la poesía y cómo su hablar puede hacerse más bello al ir incorporando, inconscientemente, las figuras literarias que adornan el lenguaje poético.

Con el tiempo, yo misma descubrí la extraña y admirable capacidad que tenemos los poetas de utilizar pocas palabras para decir mucho. En la poesía, generalmente, no se da rodeos para expresar algo, en dos versos pueden encerrarse párrafos completos. Con la poesía se aprende la precisión en el lenguaje oral y escrito.

La poesía, la buena poesía (¡porque las hay malas, y muuuuuuuchas!, es rica y enriquecedora. Nadie pierde el tiempo cuando lee poesías que se destacan como clásicas de la Literatura Universal. Le animo a que lo haga, y empiece ahora con esta bella poesía de Gustavo Adolfo Bécker. Léala, la primera vez, en voz alta, con la intención de abarcarla toda en forma general. Léala una segunda vez respetando fielmente los signos de puntuación. Dele la entonación adecuada. ¿No sabe el significado de alguna palabra? ¡Búsquela en el diccionario! Detecte las frases que impactan por su belleza o su contenido, éstas han de recibir mayor fuerza al pronunciarse. Y entonces... Levántese, y repita palabra por palabra este bello poema. Guste cada expresión, saboréela y haga que otros también queden extasiados con la gran belleza de un buen poema. ¡Que la aproveche!

Mirta de Eisenkölbl



RIMA IV
No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

Gustavo Adolfo Bécker

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